Ha habido mucha discusión sobre los efectos dañinos para la salud producidos por los cigarrillos electrónicos o vapeadores y su utilidad como ayuda para dejar de fumar. Cada vez aparecen más publicaciones con efectos deletéreos sobre la salud. Esta discusión se ha acentuado en los últimos años, por el importante aumento del uso de los vapeadores en todo el mundo, especialmente entre los adolescentes y adultos jóvenes. En septiembre de 2019 el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los EE.UU. alertó sobre un importante número de casos de enfermedad pulmonar asociada al uso de cigarrillo electrónico (EVALI: e-cigarette or vaping associated lung injury). Epidemiológicamente se consideró un brote que al 17 de enero, 2020 ha presentado 2.668 pacientes hospitalizados, con 57 fallecidos. Durante la semana del 15 de septiembre 2019 ocurrió el ‘peak’ de hospitalizaciones por EVALI. La mayoría eran varones jóvenes. El 82% usó productos con Tetrahidrocanabinoides (THC) y el 14% productos con nicotina. En el lavado bronquio-alveolar de 51 casos de VALI se encontró la presencia de acetato de Vitamina E, producto utilizado como espesante para la elaboración de productos de ‘vapeo’ que contienen THC, lo que lo hace un posible factor causal, pero no se puede descartar el papel de otros compuestos tóxicos. Las principales sociedades científicas del mundo y la OMS han advertido de los riesgos a largo plazo del uso de los cigarrillos electrónicos y recomiendan su control y regulación.