El uso de antimicrobianos es muy frecuente en las unidades de cuidados intensivos (UCI) donde, a menudo, su indicación es innecesaria, inapropiada o subóptima, contribuyendo a la selección y diseminación de cepas bacterianas resistentes. Esto ha hecho necesario el desarrollo de diversas estrategias para reducir su consumo, como son el de-escalar la terapia y reducir la duración de los esquemas antibióticos. La adscripción a estos planteamientos disminuye el uso de antimicrobianos de amplio espectro y acorta su uso con similar eficacia. El uso de guías clínicas, esquemas de administración y dosificación adecuados para garantizar la obtención de los objetivos farmacocinéticos/farmacodinámicos y el apropiado control del foco infeccioso, debiesen implicar resultados óptimos preservando altos rangos de seguridad, con el menor costo en términos de presión selectiva de los antimicrobianos.
El objetivo de esta revisión narrativa es definir estos conceptos y resumir la evidencia disponible que apoya su uso en las UCIs.
El efecto combinado de estas medidas proporciona la base de un estándar de atención para los pacientes de la UCI, ofreciendo oportunidades para mejorar los cuidados, el confort y los resultados a largo plazo.