La pandemia COVID-19 ha tomado a los sistemas de salud del mundo por sorpresa. Ello ha derivado en una situación global de insuficiente disponibilidad de insumos médicos para cubrir las altísimas demandas por camas hospitalarias de mediana y alta complejidad. En este escenario, es perentorio el uso adecuado y compasivo de los recursos disponibles. Una estrategia para subsanar la falta de ventiladores mecánicos de terapia intensiva, es el uso de equipos de presión positiva CPAP y BiPAP (CPAP, continuous positive airway pressure; BiPAP, bilevel positive airway pressure). Aunque no existen estudios randomizados que avalen su uso en COVID-19, existen publicaciones que demuestran que la terapia CPAP y la cánula de oxígeno de alto flujo son efectivas en la falla hipoxémica respiratoria aguda. La terapia BiPAP tendría menos efecto, pudiendo ser incluso perjudicial y es menos recomendada en este escenario. Clásicamente, la terapia CPAP/BiPAP se aplica con circuitos abiertos que producen dispersión de gotitas respiratorias. Esto ha sido motivo de preocupación, pues pone en riesgo de infección al personal de salud. Sin embargo, existen medidas específicas que disminuyen notoriamente este riesgo (ver más adelante). Otra preocupación de la terapia CPAP/BiPAP en distrés respiratorio agudo es el riesgo de barotrauma por “injuria pulmonar auto-inducida”, al no proveer una ventilación controlada (protectora), especialmente si el equipo no permite la medición de volumen corriente. Asimismo, el riesgo de aspiración y la tolerancia a la terapia deben valorarse individualmente en cada paciente. Durante esta pandemia, la terapia CPAP/BiPAP puede ser usada como prueba terapéutica bajo estricta monitorización. Sin embargo, es razonable pensar que su principal rol es servir como puente mientras un ventilador mecánico se hace disponible. Otra utilidad de la terapia CPAP/BiPAP es su empleo como techo terapéutico, cuando las condiciones o deseos del paciente aconsejen una limitación del esfuerzo terapéutico. Finalmente, la terapia CPAP/BiPAP se puede aplicar también durante la desconexión de ventilación mecánica (VM) en pacientes con riesgo de fracaso.