El cuidado sensible y receptivo de los padres es necesario para el óptimo desarrollo de los niños pequeños. Durante la infancia, los padres proporcionan principalmente necesidades básicas de los infantes para su sustento, protección, confort, interacción social y estimulación; en la niñez temprana, a medida que los niños empiezan a caminar y hablar, los padres deben fijar límites en la exploración que sean apropiados para la edad y a la vez apoyar el desarrollo cognitivo, social y lingüístico. Los desafíos al criar niños pequeños se superan mejor cuando la madre cuenta con el apoyo emocional y la ayuda adecuada para el cuidado del niño y además es emocionalmente estable. No obstante, una proporción relativamente grande de mujeres jóvenes en edad de tener hijos también experimentan síntomas depresivos lo suficientemente severos para comprometer su habilidad de proveer una crianza óptima.
SUSAN B. CAMPBELL, PhD
University of Pittsburgh, EE.UU.
Febrero de 2010
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