Las personas con síndrome metabólico que realizan tres meses de ejercicio mejoran el colesterol HDL cualitativamente, más no cuantitativamente, pues sus niveles no aumentan, pero sí su composición y función.
Esto respalda la idea de que las concentraciones en sangre reducen parcialmente el riesgo cardiovascular, apuntaron los autores de un nuevo estudio publicado en American Journal of Cardiology.
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