El envejecimiento está asociado a una disminución de los niveles de estrógenos. Aunque sus efectos en la piel aún no están completamente aclarados, es conocido que la deficiencia estrogénica está asociada a varios cambios cutáneos. Además debido al incremento de la espectativa de vida, las mujeres pasarán más de un tercio de su vida en condición menopaúsica. El climaterio sumado a los efectos del envejecimiento cronológico, la exposición solar, factores endógenos y a otros factores ambientales, parece ejercer dramáticas consecuencias sobre la piel.
La piel puede verse afectada globalmente, en particular la epidermis, la dermis y el pelo. La deprivación estrogénica está asociada con xerosis, atrofia, formación de arrugas finas, bochornos, laxitud y mala cicatrización. La terapia hormonal en mujeres postmenopáusicas ha demostrado incrementar el contenido de colágeno, el grosor dérmico y la elasticidad de la piel.
A la luz de los últimos antecedentes la relación riesgo – beneficio de la terapia de sustitución estrogénica prolongada debe ser evaluado cuidadosamente por los médicos y sus pacientes.
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